Islas de Chiloé, un sitio natural y bello en el sur de Chile

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En la Patagonia chilena, a casi 1.200 kilómetros de Santiago, capital del país sudamericano, se encuentra un archipiélago compuesto por 41 islas llamado Chiloé. La más grande de ellas es conocida simplemente como Isla Grande de Chiloé y constituye un sitio atractivo, de una gran belleza natural y paisajística, desconocido para muchos, para visitar en el extremo más sur del continente americano.

Este archipiélago se ubica a lo largo del Canal de Chacao, el cual lo separa del continente. La Isla Grande es la más extensa con sus 180 kilómetros longitud y 50 de ancho. Además, se considera la más grande de América del Sur, sólo tras Tierra del Fuego.

Si bien el año pasado, la distinguida publicación Lonely Planet la incluyó como uno de “Los mejores lugares para visitar”, y nada más y nada menos, que en la posición 3, esta isla sigue constituyendo un sitio remoto y menos masivo para disfrutar de toda la belleza patagónica.

Chiloé era habitada originalmente por los indios Mapuche, los Chonos y los Cunco, hasta que los españoles llegaron a mediados del siglo XVI. De esta conjunción de culturas y creencias nacieron también seres mitológicos y fiestas propias, como es el caso de la especie de duende íncubo Trauco o de la Fiura. Lo cierto es que este lugar conserva una tradición y cultura propias que hoy en día pueden verse en muchos lugares de la isla.

Estas tierras son mayoritariamente de pescadores y granjeros,  y el agua de sus canales y ríos ha constituido desde siempre la vía de subsistencia y comunicación. Más allá de estas actividades primarias, en la última década el turismo y, en especial, el eco turismo ha ido en notable aumento en el archipiélago. Según se calcula, Chiloé recibe cerca de 300 mil turistas al año.

Lo cierto es que si uno visita esta isla verá rebaños de ovejas, calles sin pavimentar (en su mayoría), carretas tiradas por bueyes, y caballos en cantidades, como formas de transporte alternativo.

Otras imágenes que parecerán traídas de antaño también sorprendan, quizás, al visitante occidental: recipientes con leche recién ordeñada esperando ser recogidos en las carreteras, botes de pesca hechos de madera de forma artesanal andando por los canales o apostados en las orillas, la particular arquitectura con las casas en palafitos, o las muchas iglesias católicas que son Patrimonio de la UNESCO.

Una de estas iglesias patrimoniales se encuentra en Castro, una de las diez comunas que integran el archipiélago, y la más populosa: la de San Francisco, la más grande de Chiloé y declarada Monumento Nacional en 1910. Su construcción tuvo lugar alrededor de 1910, para lo cual se emplearon maderas de árboles autóctonos, tales como ciprés, alerce y coigue.

Castro es también sede de uno de los eventos que más cantidad de turistas atrae al archipiélago, el Festival Costumbrista de Castro: se celebra durante febrero y es una ocasión para disfrutar de las comidas, artesanías y cultura de este lugar por descubrir en la Patagonia chilena.

Posteado en: http://www.dondeviajar.es

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